Poner la pandemia del COVID-19 en perspectiva: un imperativo de enfermería

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Resumen

Dra. Tracey McDonald, AM PhD FACN GAICD,
Editora asociada, International Nursing Review
Revista del Consejo Internacional de Enfermeras, Ginebra, Suiza

A medida que nos acercamos al séptimo mes de la última pandemia que está sembrando el caos y la muerte en todas las sociedades, resulta totalmente inverosímil que muchos líderes mundiales y nacionales hayan actuado sorprendidos por la velocidad y la eficacia destructiva del COVID-19. A las enfermeras no les sorprende el nivel de miseria y devastación que pueden producir las enfermedades infecciosas. Lo hemos visto antes. En cada brote a lo largo de la historia, las enfermeras han respondido a los peligros que entraña la participación directa en estas crisis. Los riesgos inherentes a los que se enfrentan las enfermeras para controlar patógenos potencialmente mortales se ven agravados por políticas públicas flojas y una gestión incompetente, lo que resulta en una situación de pocos recursos para las epidemias y las pandemias que habitualmente marcan nuestra historia. El que las enfermeras sean colocadas repetidamente en entornos laborales tan precarios es denunciable para todos los implicados. Con el tiempo, las enfermeras que dan respuestas a las poblaciones en crisis han aprendido a no depender demasiado de quienes ocupan puestos de liderazgo para obtener recursos y protección de primera línea o incluso alertas tempranas o divulgación abierta sobre el riesgo de contagio, el número de casos y los resultados. Una vez pasado el peligro, las habituales expresiones públicas de agradecimiento a las enfermeras que se arriesgaron por ayudar a las víctimas de estas catástrofes parecen desvanecerse, en medio de esfuerzos apresurados por consolidar políticas, procesos y jerarquías en los mismos escenarios que han permitido que floreciera la crisis actual. Hasta ahora, en esta pandemia, un número no confirmado de enfermeras y otros trabajadores sanitarios han muerto, por lo general como resultado de su trabajo con pacientes infectados o por haberse infectado ellos mismos. La recopilación de datos sobre esto es fortuita en el mejor de los casos y las muertes de enfermeras quedan absorbidas dentro de los datos agregados de morbilidad informados durante las pandemias. Esto es así a pesar de que las enfermeras son la fuerza laboral profesional prominente que proporciona intervenciones cruciales de primera línea para proteger la salud pública. Es hora de que las enfermeras se impliquen en la reforma pendiente de las políticas de salud pública, la gestión de la información y los sistemas sanitarios. Esto evitaría que las enfermeras regresaran a entornos laborales precarios y trivializaran los riesgos previsibles para nosotras, nuestras comunidades y los pacientes.

Artículo original publicado en Internacional Nursing Review Volumen 67,305-317 September 2020: Nursing and Health Policy Perspectives